
Los productos finales de glicación avanzada (AGE), o glicotoxinas, son un grupo de compuestos altamente oxidantes que están relacionados con la edad, ciertos alimentos y la forma en que los cocinamos. Desempeñan un papel importante en la diabetes y otras enfermedades crónicas. Los AGE se crean cuando las proteínas, los lípidos o los ácidos nucleicos se exponen a los azúcares (o se “glican”) en el organismo mediante una reacción no enzimática. Esta reacción química se conoce como reacción de Maillard. Su producción forma parte del metabolismo normal, pero un exceso de AGE puede tener efectos patógenos y acelerar el proceso de envejecimiento. Esto se debe a su potencial oxidativo, que puede provocar estrés oxidativo e inflamación.
Las dietas modernas también son cada vez más una fuente de AGE, ya que el procesamiento térmico es un factor importante. Alimentos como las carnes procesadas, los productos lácteos y muchos frutos secos y semillas contienen altos niveles de AGE. Se sabe que los productos finales de glicación avanzada de la dieta contribuyen a esta oxidación y a la posterior inflamación, que están relacionadas con los recientes aumentos de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Teniendo en cuenta la prevalencia de estas afecciones, animar a los pacientes a reducir su consumo de AGE es de gran interés para los nutricionistas y terapeutas integrales. Una dieta antiinflamatoria es un buen punto de partida para contrarrestar estos efectos, y las nuevas investigaciones sugieren que un componente transformador son las setas.
Los componentes de una dieta antiinflamatoria
Los profesionales de la medicina de todo el espectro están aprendiendo que la mejor manera de reducir la inflamación no es sólo con medicamentos, sino también con ajustes en la dieta. Además de reducir la ingesta de AGE, una respuesta clave es aumentar la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes. Los beneficios son dobles: en primer lugar, estos alimentos son por naturaleza más bajos en AGE. En segundo lugar, estos alimentos mejoran la capacidad del cuerpo para procesar los AGE circulantes.
Según una investigación realizada en la Escuela de Medicina Mount Sinai de Nueva York, una dieta rica en alimentos de origen vegetal reduce la inflamación. Aunque actualmente no se han determinado niveles seguros de glicación, los estudios en animales sugieren que reducir el consumo de AGE a la mitad conlleva una reducción del estrés oxidativo, una vida más larga y una mejor función renal.
Los alimentos bajos en AGE son la fruta, los cereales, las legumbres y las verduras. Estos alimentos también pueden ayudar a reducir el impacto del consumo de alimentos ricos en AGE, gracias a sus propiedades antioxidantes. Las investigaciones también sugieren que los alimentos con alto contenido en ácidos fenólicos pueden inhibir la formación de AGE. Asimismo, se ha descubierto que las bayas evitan la producción de AGE en el cerebro.
Reducir la glicación con setas
Los alimentos antiinflamatorios mencionados son elementos que suelen ocupar un lugar destacado en la lista de recomendaciones de un nutricionista, independientemente de la dolencia del paciente. Al fin y al cabo, todos conocemos los beneficios de una dieta rica en nutrientes y en fibra. Sin embargo, en lo que respecta específicamente a la inflamación, una nueva investigación ha presentado nuevos e interesantes hallazgos sobre un componente especialmente beneficioso de una dieta antiinflamatoria: las setas.
En un estudio realizado en 39 personas mayores de Japón, se descubrió que quienes tenían un alto consumo de setas en su dieta (aproximadamente 15,7 g al día) presentaban niveles más bajos de AGE en su sistema cuando se medían a partir de una muestra en la parte superior del brazo. La ingesta de setas estaba correlacionada de forma significativa e inversa con los niveles de AGE en la piel. Por lo tanto, el estudio implicaba que las setas eran un factor importante que contribuía a reducir la glicación .
Nuevos métodos para las patologías relacionadas con la edad
Se necesita más investigación, pero estos estudios preliminares son convincentes. Los beneficios de una dieta antiinflamatoria son significativos, especialmente para quienes padecen enfermedades crónicas dietéticas y cardiovasculares. Pero ahora, con estos nuevos estudios, podemos empezar a formular un enfoque global para reducir los AGE. Además, estos beneficios no sólo se extienden a las personas con afecciones en curso, sino que también podría suponer una estrategia para ralentizar el proceso de envejecimiento y mejorar el bienestar. Será interesante seguir las investigaciones que surjan en el futuro.
Referencias
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